Portada: Macharaviaya sobre 1920. Foto: Bancroft Library OAC California

lunes, 18 de abril de 2022

Los Ramírez de Velasco

Ya hemos hecho referencia en este blog a la familia Ramírez de Velasco, una familia noble de Macharaviaya que ostentaron el cargo de Alféreces Mayores de Macharaviaya, emparentada con otras grandes familias de la villa: Ortega Montenegro, Cabrera y los propios Gálvez, y que quedó algo oscurecida por el devenir de la historia y porque sus descendientes mutilaron su apellido compuesto para llamarse simplemente Ramírez o Velasco. Ramírez de Velasco, por ejemplo, es el segundo apellido de la dramaturga María Rosa de Gálvez.

Luis Robles Teigeiro ha reunido en su web una amplia genealogía sobre los Ramírez de Velasco más antiguos, fruto de sus investigaciones genealógicas. Esta genealogía parte de Diego Felipe (Ramírez de) Velasco y de su esposa Ana del Castillo, nacidos en el siglo XVII. De allí parte una genealogía para la que el autor ha consultado expedientes matrimoniales en el Archivo Histórico Diocesano y protocolos en el Archivo Histórico Provincial de Málaga.

ENLACE

Buena parte de la descendencia se trasladó a Benajarafe, cuya descendencia ha sido estudiada por otra investigadora, Obdulia Ramírez García, miembro de esta familia, lo que permite ampliar los árboles genealógicos.

domingo, 17 de abril de 2022

José Postigo Acejo, un dramaturgo con ascendencia macharatunga

El periodista Ramón Triviño publica en su blog Málaga y sus historias, una entrada sobre el novelista y dramaturgo José Postigo Acejo. Nacido en Málaga y autor de diversas obras de teatro, falleció en la indigencia:

Málaga y sus historias: el dramaturgo que murió en la indigencia

Luis Robles nos informa sobre la ascendencia macharatunga del malogrado autor, que enterrado en el cementerio de San Miguel de Málaga:

Los padres José Salvador Postigo López y María Dolores Acejo Gómez, contrajeron matrimonio en Málaga en 1857, en la iglesia de los Santos Mártires. Su expediente matrimonial se conserva en el Archivo Diocesano de Málaga.

José Salvador Postigo López, el padre, nació en Chilches el 20 de noviembre de 1825. Y era hijo de Salvador Postigo Postigo, natural de Benaque, y de María López Ramírez, natural de Macharaviaya. Los abuelos paternos eran Francisco Postigo (Arias) y María Postigo (González); abuelos maternos: José López (Escaño) e Inés Ramírez (Gálvez).

La madre del dramaturgo, María Dolores Acejo Gómez, nació en la ciudad de Málaga, el 7 de agosto de 1935.

Sería también un pariente lejano de los famosos Gálvez de Macharaviaya.

miércoles, 16 de febrero de 2022

Clara Gallardo Odales, la hija mulata de un macharatungo

TEXTO E IMÁGENES DE DAVID SÁNCHEZ

Decía Penélope Riley que “el viaje no es el destino, sino los contratiempos y recuerdos que descubres durante el camino”. Yo estoy en la actualidad jubilado, pero ya quedando lejos mi infancia, aún recuerdo cuando mi padre, ya fallecido, dejó en mi memoria la semilla que me hizo emprender el camino hacia su/mi genealogía. “Parte de nuestra familia procede de Cuba”, me dijo, “me crió mi tía Lola Sánchez Gallardo cuando quedé huérfano a los 2 años” y “al venir la familia a Málaga desde Cuba dejaron allá un tío alcalde de Cienfuegos”, afirmaba. Desde entonces, cientos de hipótesis, unas confirmadas y otras por corroborar, me han enriquecido como pocos aprendizajes en la vida y han conformado notoriamente mi forma de sentir y pensar. Y me consta que también a gran parte de mi familia.

Así fue cómo la partida de nacimiento de mi abuelo, Justo Sánchez Gallardo, nacido en 1890, me hizo descubrir el nombre de mi tatarabuelo macharatungo, Bernardo Gallardo Cabrera. Hay tres vías principales por las que indagar y sondear en nuestras genealogías.

En primer lugar está el de los certificados, registros y publicaciones. Por estos documentos llegué a conocer los nombres de mis otros tres tatarabuelos, Amalia Odales, Damián Sánchez y Concepción Ayala, nacidos en La Habana. Efectivamente, carecían de segundo apellido, como era costumbre en todos los esclavos libertos por el Reino de España. Y sus primeros apellidos, solían corresponderse con los del amo que los liberaba, muy lejos de sus auténticos apellidos familiares africanos. “Así que en verdad no tengo la sangre Sánchez de mi apellido”, me dije para mí mismo alcanzando la primera de las verdades a las que me condujo mi búsqueda, amén de saber que ese apellido correspondía al hacendado o amo que libertó  a mi tatarabuelo Damián. Mi bisabuela, a la que llamaron graciosamente “Clara” Gallardo Odales, cuando por todos es conocido que la primera generación mestiza del cruce entre raza blanca y raza negra, tira mucho más hacia lo oscuro, nació ya en Vélez-Málaga. Y mi abuelo terminó  recabando en Málaga capital, donde reside principalmente mi familia en la actualidad y con una extensa descendencia, entre ellos, un tío mío Campeón de España de boxeo. Calculo que habré leído más de 500 nombres, con sus apellidos, correspondientes a la época en que nació mi tatarabuelo o a sus descendencias sin hasta el momento haber tenido éxito alguno. Con el tiempo uno duda en si hubo un fallo en el registro o si lo escrito solo fue un invención de algún familiar. Y en ese estado de incertidumbre estuve hasta que emprendí hace tras años la segunda vía, la de la prueba genética.

La prueba genética, además de confirmar la presencia en mi ser de un 18% de ADN africano que lo sitúan en Benín o Nigeria, te ofrece cientos de coincidencias genéticas, personas con las que compartes pequeñas porciones de cromosomas que de forma testaruda se replicaron de padres y madres a sus descendientes. En algunos casos te indican que la coincidencia es poco significativa y puede ser casual, pero en otros es tan notoria que debe concluirse presencia de antepasados comunes. Yo buscaba contactar con alguno de ellos descendientes de mi familia africana. Aún no he llegado a hacerlo (pocas personas cubanas o africanas realizan este tipo de test) pero, la sorpresa fue conocer a otros descendientes de Macharaviaya con apellidos antepasados Gallardo y/o Cabrera. Está claro que son mis parientes lejanos, parte del legado de mi tatarabuelo macharatungo. Son gente amabilísima y, nunca mejor dicho, muy familiar. Federico reside en Chile, Helene en Francia, Judy en Estados Unidos (pero curiosamente su familia se formó en Matanzas, Cuba) y Elena o Encarni, en Málaga y Mijas, respetivamente. Cariñosamente en ocasiones utilizamos el término de primos. Aún no he llegado, pero creo estar cerca de esos antepasados, especialmente Gallardo, familiares de mi tatarabuelo.


Y luego está la tercera vía, la tradición oral. Mi padre ya falleció, pero mi madre, con una excelente memoria a sus 92 años, recuerda muchas conversaciones de historias vividas por mi familia. A través de ellas y de lo dicho por tíos y primos, sé que mi tatarabuelo estaba relacionado con los Gálvez de Macharaviaya, que disponía de cierto confort económico y de posesiones, que él o su familia trajo de Cuba a un pequeño grupo de libertos que trabajaban viñedos y libertas que servían en las casas, y que, pese a que probablemente tuvo oficialmente alguna otra esposa, nunca desprotegió a mi tatarabuela dándole cobijo y futuro. El resultado es una familia numerosa y próspera afincada en Málaga, con niveles de estudios universitarios, muy concienciada y agradecida a sus antepasados y defensora de la tolerancia y el mestizaje.

Por todo ello, Bernardo Gallardo Cabrera, macharatungo tatarabuelo mío, gracias. Si alguna vez abrigó tu mente el sueño de integración y prosperidad en tu familia africana, felicidades, lo has conseguido. Yo y este post, somos la prueba.

sábado, 13 de noviembre de 2021

Fernando de Cabrera y Peinado, Corregidor de Quispicanchi

MACHARATUNGOS Y PARIENTES A AMÉRICA (6)

No todos los parientes de los Gálvez enviados a América tuvieron suerte. El caso más dramático es el de Fernando de Cabrera y Peinado, natural de Macharaviaya y primo segundo de los famosos Gálvez.

El general Fernando de Cabrera era hermano de Clemente de Cabrera y Peinado, regidor perpetuo de Vélez-Málaga, y tío por lo tanto de José de Cabrera y Ramírez, esposo de María Rosa de Gálvez. Fue nombrado Corregidor de Quispicanchi, en el Virreinato del Perú.

En noviembre de 1780 tuvieron noticia en Cuzco de la revuelta del cacique indio Josef Gabriel Tupac Amaru, que reclamaba el fin de determinados impuestos y un mejor trato social a los indígenas. Se formó un ejército realista para sofocar la sublevación, formado por unos 800 hombres armados, entre tropas a las órdenes del capitán Tiburcio Landa, las de Fernando de Cabrera, e indios fieles a la Corona.

Con gran imprudencia se aposentaron en la iglesia de la localidad de Sangarará descuidando una colina vecina por pensar que insurrectos habían huido. Sitiados por los indios, recibieron una auténtica lluvia de piedras que les impidieron salir a la iglesia ni usar los fusiles y las espadas. Tras prender los rebeldes fuego a la iglesia, los realistas que no perecieron abrasados, murieron al salir apedreados o alanceados.

Iglesia de Sangarará (Perú) donde perdió
la vida el macharatungo Fernando de Cabrera

Las crónicas cuentan que Tupac Amaru, viendo el cadáver de Fernando de Cabrera, le dió con el pie en la cabeza diciendo: "Este por cabeza dura se ve de éste modo", frase que pronunció por haberse negado Cabrera a rendirse horas antes.

La revuelta concluyó al año siguiente con la derrota y la ejecución de Tupac Amaru y sus principales partidarios. Hoy en día se le considera un precursor de la independencia de Perú y de toda Hispanoamérica.

Agradezco a Luis Robles las noticias sobre Fernando de Cabrera y Peinado.

martes, 7 de septiembre de 2021

Bernardo Madrid, Administrador de Alcabalas de Guatemala

 MACHARATUNGOS Y PARIENTES A AMÉRICA (5)

El libro El círculo de los Gálvez, de Manuel Hernández González, nos pone sobre la pista de otro pariente de los Gálvez que recibe un alto cargo en ultramar. Se trata de don Bernardo Madrid (o de Madrid), que  embarca como Administrador General de Alcabalas y Barlovento de Guatemala, acompañado de su mujer Ana Cabrera, de su hija Mariana Madrid, de sus sobrinos Antonia Monterroso y don Antonio Cabrera, y de su secretario Juan de Allande.

Su nombramiento había venido anunciado en la Gaceta de Madrid de 7 de mayo de 1776.

Don Bernardo fue uno de los fundadores de la Sociedad Económica de Amigos del País de Guatemala.

Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

Publicó asimismo la descripción de las honras fúnebres que en Guatemala se celebraron en honor al virrey Matías de Gálvez "manifestando al mundo lo mucho que le debió a su Excmo. Amigo y Señor", y en las que Madrid compareció como uno de los deudos.


miércoles, 25 de agosto de 2021

El círculo de los Gálvez

 La editorial Agapea ha publicado el libro: El círculo de los Gálvez, formación, apogeo y ocaso de una élite de poder indiana, de Manuel Hernández González. Un trabajo muy documentado que ofrece una visión diferente a los textos laudatorios que, sobre la familia Gálvez, estamos acostumbrados y que, por esa misma razón, se hace imprescindible para tener una visión más amplia sobre su historia.

Sin desmerecer de los valores personales de cada uno de sus miembros: el valor temerario, por ejemplo, de Bernardo de Gálvez, o las reformas llevadas a cabo por su tío el ministro José, el autor pone el acento en cómo los Gálvez se valen de los recursos del poder para un engrandecimiento obsesivo de su linaje, para lo que desarrollan una amplia red clientelar ubicando a familiares y allegados en numerosos puestos altos y medios de la administración indiana, que colocan por delante de individuos con más mérito, experiencia o años de servicio.

Se narra también el enriquecimiento ilícito de Antonio de Gálvez en su cargo de Vista de la Real Aduana de Cádiz. Se apunta la complicidad o tolerancia de Bernardo de Gálvez con el tráfico ilegal de esclavos negros que desarrollaba su suegro, Gilberto de Saint Maxent. Y la persecución que realizan José y Bernardo de Gálvez a sus oponentes políticos o a cualquiera que pudiera hacer sombra a sus méritos, incluso a través de detenciones sin juicio o acusaciones sin fundamento. Se enumera como algunos de estos perseguidos por los Gálvez obtienen sentencias absolutorias, reparaciones e indemnizaciones una vez muertos los ilustres macharatungos.

Desarrolla el autor, por ejemplo, la minimización de los éxitos militares de otros oficiales, como la conquista de las Bahamas, cuyos artífices fueron incluso encarcelados, con el objeto de magnificar la toma de Pensacola y hacer acreedor a Bernardo de Gálvez de títulos nobiliarios y honores.

Se echa de menos, quizás, en este trabajo de investigación, comparar el nepotismo desarrollado por los Gálvez con las prácticas generalizadas en las administraciones españolas y europeas a fin de tener una visión más completa de sus políticas. Y también analizar hasta que punto la colocación de fieles no era un recurso necesario o conveniente para la realización de sus reformas.

En algunos aspectos, como el populismo de Bernardo de Gálvez como virrey de Nueva España, mezclándose sin protocolo con el pueblo y la tropa en celebraciones, corridas de toros y obras de teatro, no se aciertan a ver los aspectos negativos, y si tales costumbres, además de granjear la simpatía de sus súbditos, hubieran tenido a la larga un beneficio en la conservación de las colonias de no haber fallecido el conde de Gálvez prematuramente.

Son muy valorables las aportaciones a las biografías no solo de los miembros del linaje, incluidos los hijos de Bernardo de Gálvez, sino de numerosos integrantes de este amplio círculo de afines. Se subraya, una vez más, la fuerte cohesión familiar de los Gálvez con episodios inéditos como la fuerte discusión entre Antonio de Gálvez y su sobrina política Felicitas de Saint-Maxent, condesa viuda de Gálvez, para que casara a su hijo Miguel con su prima María Josefa, segunda marquesa de la Sonora, diez años mayor, con objeto de asegurar el futuro y patrimonio del linaje. Proyecto al que se opuso Felicitas por no desear imponer matrimonios obligados a sus hijos.

Un empeño éste, el de asegurar la pervivencia y grandeza de la estirpe, al que dedicaron su esfuerzo todos los Gálvez y que, no obstante, fracasó por la muerte prematura de sus principales miembros y la ausencia de herederos varones.

martes, 10 de agosto de 2021

José Montero Gálvez, un criado que no lo era tanto

MACHARATUNGOS Y PARIENTES A AMÉRICA (4)

En el Archivo General de Indias, se conserva el permiso que en el año 1777 reciben para embarcar para América don José Pallerano y Cabrera, Administrador de la Renta del Tabaco de México, su criado José Montero y su sobrino don Simón de Cabrera. Una vez más estamos ante un caso de "exportación" al Nuevo Mundo de personas vinculadas a los Gálvez.

Nos vamos a centrar en esta ocasión en la figura del criado: José Montero Gálvez, de 21 años de edad, natural de Macharaviaya. Y del que el expediente incluye las partidas de nacimiento de sus padres. En América habría abundante mano de obra nativa, por lo que quizás podemos colegir que se trataba de una especie de asistente, como ahora vamos a explicar.

El joven Montero, que se encuentra en Cádiz, recibe permiso para embarcar de su hermana mayor, Ana Manuela Montero, de 25 años y de "estado honesto", por haber fallecido los padres. Y presenta justificación de limpieza de sangre. Lo que certifican también testigos, ante el alcalde Macharaviaya, don Juan González de Porras, explicando que sus abuelos y más ancianos "han sido cristianos viejos, sin haber ejercido oficios viles algunos, pues han sido viñeros y labradores y sus más ancianos pobladores de esta dicha villa, y además han tenido empleos honoríficos, como ha sido don Fernando de Cabrera, beneficiado que fue en ella".

Por su parte don Pedro de Burgos, cura de las villas de Macharaviaya y Benaque certifica que el joven José Montero Gálvez nació en Macharaviaya el 14 de mayo de 1758 y fue bautizado el 28 siguiente. Sus padres eran Gabriel Montero Gálvez (hijo de José Montero y de Josefa de Gálvez) y Rosalía de Gálvez (hija de Francisco de Gálvez y de María de Gálvez), todos naturales y vecinos de Macharaviaya, efectuándose el matrimonio de los padres el 12/02/1747.

Esto muestra que el joven tenía varios lazos de parentesco con los Gálvez y con los Cabrera. Además el registro de yeguas de 1757, muestra que el padre tenía varias yeguas y potros, lo cual, además de un cierto estatus en la época, indicaba que el joven posiblemente sabía montar a caballo.

A las autoridades que se les otogaba un cargo en Indias se les permitía viajar con dos criados y éste frecuentemente era el modo de hacer pasar también a América a familiares y allegados.

CONTRATACION,5523,N.2,R.26

Texto/datos: Luis Robles, José Luis Cabrera.

Fragata San Julián, donde embarcaron (imagen: wikipedia)